Qué vendemos los diseñadores

Una anécdota profesional con un cliente que me ayudó a comprender qué es lo que los diseñadores tenemos para ofrecer realmente.

Lucas Nikitczuk, autor AutorLucas Nikitczuk Seguidores: 54

Hace ya algunos años tuve varias reuniones con un cliente muy particular, que se había contactado con la agencia en la que yo trabajaba para realizar la comunicación de su empresa. Su negocio estaba relacionado con la nanotecnología. Tuve la posibilidad de reunirme con él 3 ó 4 veces en distintos lugares. En la primera oportunidad se acerco a nuestras oficinas, subió dos escaleras hasta llegar al segundo piso, camino hasta la sala de reuniones que se encontraba en el fondo, se sentó y escucho atentamente al vendedor de la agencia, que se esmeraba en contarle sobre nuestros servicios. Luego de dejarlo hablar por algunos minutos lo interrumpió, abrupta pero educadamente:

«Disculpame, pero me han traído a su oficina, me han hecho subir dos escaleras, caminar hasta el fondo para llegar a una sala de reuniones, me hicieron escuchar por varios minutos palabras sobre sus servicios, no me han ofrecido café, ¿y ni siquiera saben exactamente qué necesito? ¿Por qué mejor no me vas a hacer un café y me escuchan a mi?».

Ante lo aparentemente violento de su interrupción comprendí que detrás de este particular personaje se encontraba alguien con mucho conocimiento, pero también que la reunión estaba mal encarada, que necesitaba un viraje rápido. Sabía que, de una u otra manera, alguna enseñanza me dejaría. Hoy, luego de casi cinco años, encuentro de gran interés compartir aquella historia.

Luego de la calurosa situación intenté apaciguar las aguas con una anécdota muy interesante. Rompí el silencio mientras el vendedor preparaba café, y le conté la diferencia entre cómo piensan las plazas los orientales y los occidentales:

«Nosotros, los occidentales, construimos las plazas en el centro urbano, frente a la capilla, la municipalidad y generalmente con ocho caminos que cruzan la manzana. En ocasiones—por no decir la mayoría de las veces— esos caminos son poco utilizados por los transeúntes desgastando los pastos y plantas. En cambio los orientales piensan sus plazas a partir del espacio verde, lo dejan completamente con pasto para que sea desgastado por los caminantes que son quienes hacen sus propios caminos, desgastando el césped, y descubriendo qué caminos son los necesarios para la mayoría y recién ahí marcan los senderos de las plazas. 

El objetivo de contarle esta historia fue transmitirle la moraleja de que «hay que saber escuchar, al contrario de lo que había hecho el vendedor: imponer su discurso cuando aún no sabíamos si sería de utilidad. Con la anécdota narrada ya tenía al cliente un poco más relajado. Luego de tomar el café nos contó, ahora sí, sobre su negocio—muy interesante por cierto—, pero era tan complejo que resultaba difícil definirlo en una única oración. Entonces nos propuso organizar una segunda reunión, aclarando que sólo trabajaría con nosotros si lográbamos hacer una descripción de su negocio en pocas palabras.

El desafío fue muy complejo, pero al cabo de varios días de estudio creíamos tener la respuesta. Nos reunimos, pero nuestra propuesta de descripción de su negocio no le convencía. Entonces en la tercera oportunidad que nos juntamos y siguiendo sin convencerlo, me preguntó:

—¿Vos sabes cuál es tu negocio? ¿Vos sabes qué es lo que vendés?

—Sí —respondí con mucho orgullo, y le expliqué que lo que vendo es el diseño y capacidad proyectual de entender el mensaje que necesita transmitir mi cliente a sus clientes.

—¡No!, no vendés eso.

Intenté reformular la respuesta una y otra vez, siempre recibiendo respuestas negativas de su parte. Entonces, papel y lápiz en mano, dijo:

—Te voy a explicar lo que vendés vos. ¿Vos tenés un galpón en donde guardas tus diseños?

—No —respondí.

—¿Podés estoquear aquello que crees vender?

—No.

—Lo que vos vendés es tiempo, tiempo que no podés guardar, tiempo que hoy tiene un valor determinado debido a una inversión que has hecho en su momento. Esa inversión es tiempo de estudio, experiencia, tiempo de capacitación, años dedicados a formarte como profesional. Y luego de esa formación, lo que hoy vendés es tiempo, que vale más o menos que el tiempo de otro colega, pero en definitiva es tiempo. Este tiempo no lo podés guardar, simplemente lo podes vender de manera tal que, según tus metas, pueda darte el día de mañana un porvenir determinado —volvió a interrogarme—. ¿Hasta qué edad querés trabajar? ¿Qué nivel de vida querés tener? ¿Hasta qué edad pensás vivir? ¿Cuántas horas a la semana pensas trabajar?

Luego de darle esa información hizo un cálculo muy sencillo para determinar que a partir de ese momento, si quería realizar la vida que tenía proyectada, debía empezar a cobrar mi hora de trabajo a un valor determinado. En aquel momento no tome conciencia de la información que me estaba dando este cliente, con el cual nunca terminamos concretando ningún proyecto, pero que sí me ha dejado esta gran anécdota.

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Este artículo no expresa la opinión de los editores y responsables de FOROALFA, quienes no asumen responsabilidad alguna por su autoría y naturaleza. Para reproducirlo, salvo que estuviera expresamente indicado, por favor solicitar autorización al autor. Dada la gratuidad de este sitio y la condición hiper-textual del medio, agradeceremos evitar la reproducción total en otros sitios Web. Publicado el 16/03/2014

Ilustración principal del artículo Pensar más, diseñar menos
Pensar más, diseñar menos El diseño es un conjunto de tareas analíticas, de investigación y relevamiento, que sumadas a la experiencia del diseñador decantan en decisiones fundamentadas.

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Retrato de Gustavo Cuello
0
Abr. 2014

Excelente! podrías compartir el cálculo sencillo? jaja saludos.

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Retrato de Lucas Nikitczuk
54
Abr. 2014

Seria interesante hacer una bajada formal de esto, voy a llevarlo a papel y lápiz y lo comparto!

0
Retrato de Gustavo Cuello
0
Abr. 2014

¡Muy interesante! Gracias Lucas...

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Responder
Retrato de Domit Domit
0
Domit Domit
Abr. 2014

Muy bueno!

ocaciones , creo que va con "s" ocasiones.

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Retrato de Lucas Nikitczuk
54
Abr. 2014

Gracias por mencionar ;)

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Retrato de Juan Morales
0
Mar. 2014

Me impactó el artículo, tanto por su forma como por su contenido. En cuanto al contenido, por cierto, yo leo no uno sino dos artículos: 1) el que habla sobre escuchar (o no) al cliente; y 2) el que plantea qué es lo que realmente vende o debería intentar vender el diseñador. Estos son dos puntos que, a mi parecer, nunca deberíamos perder de vista. Gracias Lucas.

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Retrato de Lucas Nikitczuk
54
Mar. 2014

Gracias por la observación Juan, tal como mencionas no se debería dejar ninguno de estos puntos de lado. Un honor para mi saber que te ha impactado el articulo.

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Responder
Retrato de Silvia Calderon Iturralde
1
Mar. 2014

Realmente me ha llegado esta anécdota y es tan real. Hay trabajos que nos pueden tomar horas y otros semanas por la complejidad del mismo. ahora mi pregunta es ¿entonces? ¿el precio cambiaría? lo que quiero decir si nos contratan para hacer un aviso de revista y uno nos toma dos horas y otro con el mismo formato nos toma 4 días, ¿Deberíamos cambiar precio? considero que no porque estamos vendiendo el arte o trabajo final. peor si lo que vendemos es tiempo, en ese caso sí.

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Retrato de Lucas Nikitczuk
54
Mar. 2014

Totalmente de acuerdo contigo Silvia "la materia prima" es el tiempo ahora bien lo que se entrega es un proyecto finalizado, entonces no debería cambiar el valor en tal caso lo que si se modificaría seria la rentabilidad de ese proyecto.

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Responder
Retrato de Rocío González
0
Mar. 2014

Muy interesante el análisis del cliente. Me parece que tiene mucha razón aunque uno pocas veces lo considera. Aún así, creo que el cliente no consideró el valor de nuestras ideas, cosa intangible, que no podemos guardar, solo aprovechar en el momento que viene, porque cuando menos lo sentimos, se van, y es muy difícil que regresen tal y como se presentaron en algún momento. De manera que pienso que debemos cotizar nuestro trabajo no solo en base al tiempo, sino también a las ideas que proporcionamos, que son la base para las campañas que generamos a nuestros clientes y del éxito de su empresa.

1
Retrato de Lucas Nikitczuk
54
Mar. 2014

Totalmente de acuerdo Rocío, es también en parte la experiencia la que da la posibilidad de mejores resultados.

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Responder
Retrato de Julissa Escobar
0
Mar. 2014

muy interesante, lo que si hay que saber es que muchas veces queremos parecer expertos desde la primera vez que nos comunicamos con el cliente, pero siempre hay que tener en cuenta que ellos son expertos en el área en el que vamos a trabajar. Así que parte de nuestro trabajo es escuchar y captar lo mejor que él nos da.

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Retrato de Lucas Nikitczuk
54
Mar. 2014

Como dice Ronald Shakespear un buen diseñador es aquel que tiene un gran oído para escuchar al cliente.

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Responder
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2014

No creo que ese señor haya ido a tu oficina a comprarte tu tiempo. Ni a perder el suyo.

1
Retrato de Lucas Nikitczuk
54
Mar. 2014

Claramente no, el tema principal del articulo es comprender de manera concreta que es aquello que vendemos y que si en algunos casos puede dar una perspectiva de como vender el diseño. Ese tiempo no es directamente proporcional al costo del proyecto ya que como se menciona hay otros factores que van desde la inversión dedicada a nuestra formación sumado a la experiencia.

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Responder
Retrato de Rossanna Victoria
0
Sept. 2015

Buena enseñanza, mensaje captado y espero, aplicado en la profesión.

0
Retrato de Cesar Ivan Vergel
0
Mar. 2015

Es una muy buena reflexión y aporte.

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Retrato de Edith Hernández García
0
Oct. 2014

Esa es una muy buena reflexión y le da un giro a la profesión. Sin dudas se aprende mucho de los clientes aunque uno no lo crea, eso de aprender a escuchar, me hizo recordar a una lectura que realicé en clases hace poco, llamada "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva". Esa lectura, junto con tu anécdota me han hecho reflexionar aún más acerca de lo que quiero hacer, gracias por compartir en este foro esa experiencia, que sin dudas a varios colegas les ha pasado.

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