El valor no reconocido del diseño

Cómo hacer para que los empresarios valoren el trabajo de los diseñadores.

César Ochoa, autor AutorCésar Ochoa Seguidores: 10

Ilustración principal del artículo El valor no reconocido del diseño

Ees frecuente, en este y otros medios, escuchar lo que un muy buen profesor en la universidad llama «El muro de los lamentos» de los diseñadores. Lo que se respira en el ambiente, o por lo menos lo que se percibe, es que los profesionales de diseño no ven con claridad unas óptimas condiciones de trabajo tanto para el desarrollo personal, profesional y comercial del oficio, que se asocia a varios factores en conjunto, pero primordialmente a una carencia de auto-valoración de sí mismos y una no valoración del diseño en sí.

Desde la academia aprendimos la mala práctica del lamento. Era común escuchar en las entregas de diseño, «¡qué pesar de nosotros que nos toca trasnochar!», cuando profesionales de otras carreras incluso tienen igual o mayor carga representativa y no andan por ahí quejándose que no los quieren o no los valoran. Esto continúa en el ambiente laboral, porque a muchos simplemente les aborrece u ofende que los vean como los «artistas» dentro de las organizaciones, cosa que no es necesariamente cierta ni necesariamente inconveniente.1 La no valoración es también percibida en el arte mismo. Se escucha de muchos artistas la queja de una no valoración de su oficio, aunque conozco artistas que ganan bastante bien.

Es común la queja en los diseñadores que no ven valorada su labor por clientes y organizaciones, y la pregunta también es ¿cómo ven los diseñadores su papel dentro de estas organizaciones? Es cierto, nadie le paga bien a alguien sin talento, pero las organizaciones no se pueden dar el lujo de depender de personas supertalentosas que soporten el peso de la organización y que luego si éstas ya no se encuentran la organización se caiga. Ese es un lujo que las organizaciones no se pueden dar, pero que lamentablemente es muy común. Una organización debe cuidar de las buenas prácticas de sus procesos, incluidos los de diseño.

En muchas profesiones —no solo en diseño— se ve claramente el problema de la oferta y la demanda, y la circunstancia de que, al existir una mayor oferta de profesionales, muchos aceptan trabajar a precio de miseria, sea por conseguir experiencia, por ganar «unos pesos» o incluso por desconocimiento de cómo cotizar un trabajo. A esto se suma el «cortoplacismo» y la falta de visión en algunos empresarios, que pretenden hacer rendir sus recursos de una manera tan extrema, que muchas veces va en contra de sus propios intereses; como bien dice Drucker en alguno de sus textos.

Pero, ¿cuál es nuestra responsabilidad en esta situación?, ¿cómo poder darle vuelta a la hoja? Es increíble que profesionales cuya especificidad sea precisamente la de dar solución a problemas y traducir necesidades en alternativas, se encuentren enfrascados o sentados lamentándose entre tantas oportunidades que hay hoy en día. Es importante que en un principio se de una relación de confianza entre el cliente y el diseñador, comprendiendo que él espera de nosotros los conocimientos necesarios para el desarrollo de la actividad y nosotros esperamos de él que pueda aportarnos toda la información suficiente para el desarrollo del proyecto.

Igualmente, si uno espera que su trabajo sea valorado debe comenzar valorándolo uno mismo. Cobrar lo justo por éste y saber venderlo al empresario. Como se dice en mercadeo, hay una percepción de las personas entre la calidad del producto —en este caso el servicio de diseño— y el valor que se cobra por el mismo. El diseño no es un commodity, por eso el diseñador debe considerar qué valor está agregaando mediante la prestación del servicio de diseño, y de qué forma y con qué dedicación gestiona el proyecto.

Cuando prestamos un servicio de diseño tenemos que tener presente una buena administración de tiempos y recursos, que estén claros tanto para nosotros como para el cliente, así como un fiel seguimiento del mismo de forma planificada. No es solamente lo que se le vende al cliente sino cómo el diseñador se vende a sí mismo. Primero debe diseñarse la oferta de servicios y luego sí presentarla ante el cliente. Esto tiene mucha relevancia al momento de ofrecer un servicio ya que influye en que, a los ojos del cliente, éste se vea más o menos costoso. Es clave tener en cuenta que:

  1. El desarrollo del producto se debe dar de forma interdisciplinar y articulada, en conjunto con los demás miembros de la organización, de forma pertinente y estratégica en busca de la eficacia (aunque algunos crean lo contrario, no «nos las sabemos todas»), y hablando con cada interlocutor en un lenguaje asimilable a cada uno, aunque algunas veces se nos haga algo incómodo (a los administradores en números, a los ingenieros en matrices e indicadores, etc.).
  2. El diseño no es la panacea de todos los problemas, y el hecho de que en el desarrollo de un producto se incluya estratégicamente el diseño, no es una garantía de que el producto vaya a tener éxito en el mercado.

Muchas veces por ganarse un contrato se puede estar cobrando muy por debajo de lo que el cliente hubiera estado realmente dispuesto a pagar. En esos casos el diseñador debe saber que está recibiendo una retribución inadecuada, y el único responsable de esto es él mismo. Si su servicio de diseño y las soluciones son adecuadas a los problema de su cliente, el precio no debe ser una limitante. La valoración del servicio de diseño debe empezar por casa.

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  1. Si miramos la historia del Diseño, el arte ha jugado un papel primordial. Algunos fueron llamados en un principio «artistas industriales», y fueron artistas llamados para intervenir en el desarrollo de productos como estrategia de las organizaciones para generar crecimiento. El diseñador se acercaron a la industria mediante la sensibilidad y la percepción del contexto. Al igual que el artista, contempla la traducción estética y comunicativa mediante la forma que éste daba en la intervención en el producto, pero a diferencia éste, tal traducción no se encuentra a partir de la observación individual sino de la observación social y la experiencia del usuario. Algunos artistas han intervenido en la concepción de los productos industriales y gráficos hasta nuestros tiempos: Dali, Takashi Murakami (diseño de productos y publicidad para Louis Vuitton), entre otros. Para algunos grupos de consumidores el asociar al diseño con un elemento artístico es un valor agregado por el que se encuentran dispuestos a pagar (a pesar de que sabemos que arte no es diseño pero si puede ser apoyo para el diseño).
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Debate

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Retrato de Fernando Lugo
0
May. 2014

Yo pienso que en el diseño jamas va a existir lo bueno, bonito y barato., en el mundo del diseño hay muchos que se creen

"diseñadores" por solo manejar unos programas y cobran lo mas mínimo con tal de entrar a tener experiencia o solo para sacar sus gastos y sencillamente son ejecutadores y de ahí el problema para la cuestión de paga a un diseñador; un buen diseño, hay un buen cliente y de un buen cliente hay buena paga tan sencillo y a la vez tan complicado

0
Retrato de Rafa Viveros
1
Rafa Viveros
Mar. 2012

si queremos que el diseño sea algo mas q un valor agregado al producto y que los demás le den la importancia que merece tenemos que empezar nosotros mismos los diseñadores a valorarlo y a cobrar lo justo por nuestros diseños dejando aun lado si es para la familia el amigo o el primo de n amigo, desde la universidad tendrían que enseñar a los alumnos a vender sus diseños

1
Retrato de Micaela Ybáñez
0
Mar. 2012

No se porque creo haber leido esto antes :/ de todas formas, me sirvió. Gracias :)

0
Retrato de Pier Alessi
26
Ene. 2012

Si en el arte el valor es subjetivo en el diseño debe ser objetivo (¿comunica o no?) ¿va mas allá de lo que comunica? (valor creativo que diferencia un diseño bueno de otro formidable). Ese valor también es reflejado en su precio, si resolviste un problema bajo un nuevo y mejor esquema debe reflejarse en la facturación, el dilema es ¿cómo valorar lo no tangible? «la idea», no hay diseño por kilos, ni centimetraje, ni tampoco por horas porque no es lo que dures sino el resultado, lo que determine el comportamiento del usuario, lo que venda, lo que genere reacción y no apatía.

0
Retrato de Mariangélica Soler
0
Mariangélica Soler
Dic. 2011

¡Un saludo César! Gracias por compartir esta reflexión. Creo que este tipo de reflexiones deben dar paso a una evolución dentro del área del Diseño y el Arte. Ojalá no siga siendo un tema «añejo» -como menciona Fernando Osorio- y «recurrente», sino que dentro de poco tiempo podamos estar diciendo: este tema pasó a la historia. El Diseño y el Arte están cobrando la fuerza, admiración y respeto que siempre han merecido por parte de la sociedad. La parte de la interdisciplinariedad es perfectamente válida en este caso, pues nos demuestra justamente que el mundo no es sólo números, finanzas, ...

0
Retrato de Edward Pearson
0
Nov. 2011

Diseñar es un acto de creación que involucra passión y entrega la calidad de las cuales trae como resultante la recompensa. Es un circulo virtuoso que uno debe construir y el cliente debe comprender. Es la única manera que los desarrollos posteriores cobren el valor agregado que promete el diseño.

Como dice Fabien Barral el buen diseño resulta de un buen cliente, buen tiempo y buen dinero. Las veces que lo he logrado mis trabajos han sido publicados en los libros alemanes.

0
Retrato de Miguel Chavez
0
Miguel Chavez
Nov. 2011

No hay de otra que, matar a los rotulistas jajaja (risas) na pues simplemente culturizar a nuestros clientes, enseñandoles a diferenciar el trabajo de diseño de nosotros, ante el copie y pegue de los rotulistas...

0
Retrato de Esteban Parraos
0
Nov. 2011

Agradable reflexión; apunto además que se hace necesario analizar métodos de valorar algo tan abstracto como el talento, es sabido que un diseñador talentoso puede desarrollar algo verdaderamente admirable en digamos n horas, mientras que su colega mediocre no hará lo mismo en nx2 horas. Allí el tiempo no es determinante para un reconocimiento justo.

0
Retrato de Jorge Luis Mm
0
Nov. 2011

El reconocimiento de la Sociedad y el valorar los esfuerzos de los de mas es hoy día desconocido para muchos que no aprecian el esfuerzo conque personas se entregan a una prefesion tan ingrata y mal remunerada por los inconscientes

que no valoran un excelente diseño que llevo esfuerzo y trasnocho, sigamos luchando y pasando por alto estos desagradables momentos Diseñemos que para eso nacimos.

0
Retrato de Fernando Osorio
0
Nov. 2011

Planteamiento triste a un tema añejo. Solo me queda decir «¡Sigamos en la lucha compañeros diseñadores!«

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