Cliente vs. Diseñador

Prácticas que deben someterse a juicio en el diseño gráfico.

David Espinosa, autor AutorDavid Espinosa Seguidores: 54

Sebastián Vivarelli, editor EdiciónSebastián Vivarelli Seguidores: 337

Seamos francos: el sueño de todo diseñador gráfico es (o lo fue en algún momento) lograr piezas tan eficaces que no haya lugar para malas interpretaciones, objeciones o correcciones. Un arte impecable y de excelsa calidad, que sólo podría alcanzarse —trabajando en conjunto con nuestros clientes— a través de un arduo proceso de briefing.

No obstante, en cualquier área de nuestra disciplina podemos enfrentar tropiezos y críticas. Algo que, lejos de desanimarnos, nos motiva a realizar un trabajo superior al que el que ya hemos presentado. Pero ¿qué sucede si nuestro cliente se empeña en continuar haciendo las cosas a su modo, según lo que ya ha desarrollado con su empresa? Esta es, sin duda alguna, una de las peores pesadillas del diseñador.

Parafraseando a Jack el destripador, «vamos por partes». Se supone que el cliente nos llama por una necesidad concreta: una asesoría, consultoría o pieza (in)determinada. De acuerdo con esto, es nuestro deber conocer a fondo al cliente, su campo de acción, nicho de mercado y acciones previas que haya realizado. Eso nos permitirá ofrecer una solución acorde a sus necesidades y expectativas; dejando en claro además, que nuestro «amado» cliente tendrá derecho a 3 bocetos y a 3 correcciones póstumas sin un recargo por ítems extra. 

Pero nuestro cliente no suele ser objetivo.1 Usualmente pretende tener una concepción de diseño mayor a la nuestra. Sucede cuando nos ofrece grandilocuentes ejemplos —como Coca-Cola—, asegurando: «Es una empresa que no ha cambiado en 128 años, y la gente la recuerda por eso: porque no cambia».

¿Has intentado refutar este punto? Por más que le expliques el programa de mercadeo y comunicaciones externas, no logrará entender la diferencia entre un identificador primario o «el loguito», y una suma de campañas publicitarias y estrategias de mercadeo, que hacen de Coca-Cola la marca más valorada del mundo (comprendiendo que más del 70% del valor de marca es el identificador primario).

Después de esto, respiramos profundo, nos aplicamos mentalmente una dosis de morfina y retornamos al trabajo. Ahora pensamos que el cliente pertenece a la Sociedad de Empresas de la Vieja Economía, Restringida y Obsoleta (SEVERO). Nuestro sueño de crear una nueva imagen externa de la marca —acorde con las nuevas necesidades del mundo actual que tanto conoce— se ha desvanecido en menos de lo que duró la llamada de cotización.

Después de esta reunión, presentamos nuevas propuestas: elementos orgánicos y colores ligeramente extraídos del identificador primario (sería afortunado si el cliente tuviera un Manual de Identidad Visual, o al menos si comprendiera el concepto), con cierta inspiración en los trabajos previos de la marca, pero esta vez sin Comic Sans, Algerian u otros parias tipográficos. Nuestro querido cliente se muestra un poco más satisfecho (o menos molesto) y plantea la siguiente inquietud:

«Si yo no conociera a esta empresa, ¿cómo sabría qué es lo que hace, lo que vende, para qué sirve? Empiezo a arrepentirme de encargarle a usted este trabajo complejo. Mi sobrino-hijo-hermano de mi amigo-allegado-conocido lo hubiese hecho por veinte mil pesos (colombianos). Quiero unos chulos, que parezca como de visto bueno. Y lo quiero en el frente de esa cajita. Que atrás tenga todas las cosas que explican para qué sirve. Pero que no sea muy colorido porque eso me cuesta y usted no me lo va a pagar. Además usted debería contemplar otras cosas. ¿Sabe cual es la competencia? Mire sus empaques y descubrirá lo buenos que son».

Ahora nos sentimos ultrajados, heridos mortalmente en nuestro ego. Concluimos en que no sirvió de nada formarnos durante años en la academia, que nuestros trasnochos, impresiones de madrugada y días escasos de alimentación decente fueron en vano. Con cierto temblor en la voz solicitamos más información del producto. Por alguna extraña razón preguntamos por la dirección del website del cliente, para descubrir que es una mezcla de estilos, códigos y colores que ofenden la vista «porque el jefe necesitaba que la página llamara la atención». Para ser más específico, el identificador está comprimido desde Microsoft Paint.

Ahora, con nuevas armas, terminamos una nueva propuesta. Esta vez estamos amparados en la cláusula de nuestra cotización: «Después de la tercera entrega de propuestas, cada engrega adicional tendrá un recargo del XX % sobre el total cotizado». Nos sentimos un tanto frustrados, esta nueva versión se asemeja más a una sección de clasificados de algún periódico que a un elegante empaque apropiado. El cliente no dice nada. Se limita a tomar el prototipo, lo examina meticulosamente, verifica la apertura del mismo y luego lo deja sobre la mesa. Nos mira con cierto desdén y, después de segundos que parecen siglos, nos dice «no pienso pagar de más, así que me quedo con esto. Por favor pase mañana a recoger su dinero», para susurrar poco después: «debí haberle hecho caso a Don Alcides, el de la tienda: estos diseñadores no sirven para nada. Yo pude haberlo diseñado igual o mejor».

Sobra decir que tuvimos que despilfarrar ese pago en Diazepam.2

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  1. Los hechos aquí descritos no necesariamente corresponden a hechos verídicos. Cualquier parecido con la realidad puede ser coincidencia. Todo depende de en qué parte del escritorio se encuentre usted: frente al diseñador o frente al cliente.
  2. El Diazepam es un fármaco con propiedades ansiolíticas, miorrelajantes, anticonvulsivantes y sedantes.
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Este artículo no expresa la opinión de los editores y responsables de FOROALFA, quienes no asumen responsabilidad alguna por su autoría y naturaleza. Para reproducirlo, salvo que estuviera expresamente indicado, por favor solicitar autorización al autor. Dada la gratuidad de este sitio y la condición hiper-textual del medio, agradeceremos evitar la reproducción total en otros sitios Web. Publicado el 05/09/2013

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Retrato de Mariel Bejar
1
Sept. 2013

Me sucede con frecuencia, que el cliente se resiste a aceptar la cotización, sín un previo boceto del proyecto que le proponemos. ¡se debe trabajar antes!!, el cliente...¿tiene razón?, aveces pienso que la tiene, debido que, si no nos conoce, ni sabe si lo que realizaremos, será lo que el necesita, ¿para que, invertirá, en algo que le es un intangible?

2
Retrato de David Espinosa
54
Sept. 2013

Es algo de lo que hablaré más adelante: el respeto hacia nuestra profesión por nosotros mismos y por el público en general.

1
Retrato de Mariel Bejar
1
Sept. 2013

gracias y mis disculpas!

0
Retrato de Xacir Deric
1
Sept. 2013

Hola, pero creo que para eso sirve el portafolio, para demostrar lo que somos capaces de hacer. En caso de que sea un cliente recurrente le permito pagar el trabajo en su totalidad al final.

3
Retrato de Paula Celina Fernández
2
Sept. 2013

Coincido con Xacir. Para muestra está el portfolio.

Cualquier servicio siempre se cobra por adelantado (o un %) sea la profesión que sea.

Hacerle un boceto gratis no es la forma. Podemos haber hecho un excelente trabajo pero la opinión del cliente es subjetiva o puede tener pésimo criterio (como el ejemplo de este artículo) y decide no pagarte, o robarte la idea.

Además cuando no quieren pagar adelanto es porque están probando, no están comprometidos con el proyecto. Y para que salga bien tiene que haber compromiso de ambas partes.

Respetemos y hagamos respetar nuestra profesión.

7
Retrato de María Griselda Peiretti
1
María Griselda Peiretti
Sept. 2013

Anécdota: Hace alrededor de 28 años, en una situación similar, se me pide que entregue una maqueta de la imagen, y cuando llego pensando que la idea ya estaba comprada, la persona que contrataba el servicio de mi estudio, saca una fotografía de otro proyecto de una colega y los coloca a ambos sobre el escritorio. En ese momento me puse de pie, tomé mi maqueta, saludé y no he vuelto a ver a esa persona. Me sentí humillada.

LA VERDAD ES QUE TODO PROFESIONAL VIVE ESTE TIPO DE REALIDAD, lo importante es ser un PROFESIONAL y tratar de apoyarse en colegiaturas:

SER UNIDOS DEPENDE DE NOSOTROS.

1
Retrato de Ivan Abbadie
46
Nov. 2013

mariel, por supuesto que no es correcto, ni ético, ni necesario trabajar previo a una contratación, para demostrar tu trabajo hay un portafolios de proyectos que puedes mostrar el cual irá creciendo, evolucionando y aportando más día con día.

sin duda de eso podemos ampliar por mucho el tema, pero ¿acaso cuando vas con el restaurantero le pides tres platos para ver cual te gusta más y sólo pagas uno?

en fin, todo comienza por valorar tu profesión, tu trabajo, tu tiempo, tus conocimientos, tus ideas, pasando esa etapa sabrás la respuesta, ¡no hay "bocetos" sin pago previo y/o contrato legal"

0
Responder
Retrato de Santiago Trevisan
1
Sept. 2013

¿Y entonces? No entiendo el artículo ... o al menos no saco nada bueno del mismo ¿me quieren decir que el mercado es duro? Eso ya lo sabemos (todos, no sólo los diseñadores).

El día que la empatía se tenga en cuenta, el mundo será diferente (en especial el mundo del diseño, que debería tenerlo como uno de los puntos más importantes ya que crea valor a otras personas).

Tampoco entiendo como Foro Alfa permitió la publicación de un artículo que sólo busca polémica. Para eso, al menos en Argentina, existe el bar (es más divertido hacer polémica con un whisky en la mano que escribiendo en un blog).

1
Retrato de David Espinosa
54
Sept. 2013

Gracias por tu opinión. Yo prefiero escribir en un blog que perder neuronas con el whisky, aunque ambas opciones son igual de divertidas.

4
Retrato de Eva De La Torre
3
Eva De La Torre
Sept. 2013

A mí, como estudiante de Diseño Gráfico, si me deja mucho leer este tipo de anécdotas. Además, ¿no es ese el objetivo de los artículos aquí publicados? ¿Crear polémica y hacernos reflexionar?

0
Retrato de Santiago Trevisan
1
Sept. 2013

Coincido Eva ... ahora bien:

Reflexión: del termino latino reflexĭo. Consiste en analizar algo con detenimiento.

O sea, analizar ... y no criticar y listo.

Este artículo habla del mismo tema, más enprofundiad, y con una mirada (y reflexión) más constructiva (sugiero leerlo con un whisky para hacerlo más interesante todavía):

»La Empatía como motor de la Innovación»

Enlace

Saludos,

Santiago @eidenideas

0
Retrato de Jorge Piazza
60
Sept. 2013

Santiago, lo del whisky cuando quieras.... (coincido plenamente con vos).

0
Responder
Retrato de Manolo Luis Escutia
11
Sept. 2013

Gracias David por tatar este tema. Siempre habrá lucha de poderes, me refiero a los persuativos. Quiero traer una anécdota que fue real y que conozco de primera mano. Un despacho de publicidad propuso a una empresa de licores en España una campaña para promover un whisky muy conocido. El texto decía tal cual LA UNICA MANERA DE ROMPER CON EL, siendo la imagen una botella rota con el líquido expuesto. Los clientes no la aprobaron, los diseñadores insitieron. Ganaron los publicistas, pero les quitaron la cuenta, y la campaña fue la que obtuvo el premio a la mejor campaña publicitaria 1979

1
Retrato de David Espinosa
54
Sept. 2013

Gracias por tu aporte Manolo. Efectivamente, muchas veces hay excelentes ideas que se quedan en «truchos» porque el cliente no aprueba, no le gusta algo o pide una opción mas. Creo que el paradigma de no usar palabras o imagenes que contengan connotaciones negativas se está rompiendo poco a poco. Esa sería la clave para una propuesta diferente. Tal vez solo es cuestión de una perspectiva hacia futuro.

0
Retrato de Juan Olivos
7
Sept. 2013

Pero no necesariamente las campañas premiadas serían buenas en el mundo real.

Muchas campañas premiadas pueden ser muy creativas, inteligentes y chistosas pero no necesariamente efectivas en el mercado.

2
Retrato de Manolo Luis Escutia
11
Sept. 2013

es cierto lo que dices, Juan. Lo que porpongo para seguir el artículo de David, es las metáforas que circundan a nuestro entorno en el mundo de la publicidad y el diseño. En aquel entonces, el premio Laús le trajo prestigio a la empresa de publicidad, a pesar de que J&B le quitara la cuenta por negarse a cambiar la pauta publicitaria.

Y esto habla de la lucha que hay a veces entre cliente y creativo. Llegar a buen puerto es tarea de ambos. Saludos

0
Retrato de Juan Olivos
7
Sept. 2013

De acuerdo Manolo, lo que yo quería era tener en cuenta que no hay regla de oro, premio = efectividad, a veces las campañas más feas y básicas son las más recordadas y efectivas.

1
Responder
Retrato de Carlos Garcia
0
Sept. 2013

Interesante el artículo, no es difícil sentirse identificado, sin embargo, la experiencia misma nos debe de hacer entender que hay clientes a los que, por mucha necesidad que se tenga de trabajo, hay que decirles que no, o dejar ir la «oportunidad» de colaborar con ellos, pues a la larga el proceso será mucho mas costoso para el diseñador.

¿Qué podemos esperar de un cliente que valora tan poco la imagen de su empresa o producto cómo para poner de ejemplo al hijo-sobrino-hermano para hacer la tarea del diseñador? y ¿Qué dice de nosotros, el acceder a sus caprichos?

4
Retrato de Gerardo Ramones
0
Sept. 2013

touché

0
Retrato de Juan Carlos Rodolfo Coronel
9
Sept. 2013

Hola Carlos, Si para algunos profesionales y agencias de publicidad es muy complejo entender el tema identidad, imagen, reputación y/o comunicación, si a eso le sumas su entorno inmediato, imagínate que difícil será para un cliente que no está familiarizado con estos temas, para él es todo lo mismo, es ahí cuando comienza nuestra habilidad como profesionales hacer un trabajo didáctico con ellos.

0
Retrato de Carlos Garcia
0
Sept. 2013

Totalmente de acuerdo Juan Carlos, en la tarea del diseñador va implícita la responsabilidad de contextualizar el problema para poder dar una solución efectiva y eficaz para nuestros clientes, y el poder argumentarlo adecuadamente para que ellos lo entiendan es la herramienta que debemos usar en estos casos, sin embargo en la lectura, lo único que puedo ver y como lo comenta el autor, es una redacción meramente anecdótica que no busca o plantea una solución, por eso mi comentario, hay primero que analizar nuestra labor antes de quejarnos del cliente, es posible que «tengamos lo que merecemos»

0
Responder
Retrato de Ricardo Acosta García
64
Sept. 2013

Me parece buen artículo. Te felicito por poner en evidencia una situación molesta. Sin embargo, no pude encontrar qué solución propones para este escenario, cómo actuar desde antes para evitar llegar a él, cómo gestionar estos clientes. Pero por sobre todo, quisiera saber por qué has aguantado tantas humillaciones juntas, sin hacerte valer ¿Será por eso que tuviste que tomar un ansiolítico? La situación es conocida, seguro, pero no sólo pasa en diseño: médicos y abogados también la sufren. Es un mal cliente, no todos lo son. Me hubiera gustado más leer soluciones ¡Saludos!

3
Retrato de David Espinosa
54
Sept. 2013

Hola Ricardo. Como mencioné en otra respuesta, este no fue un artículo para proponer soluciones. La intención fue caricaturizar un entorno muy conocido. Con respecto a los médico o abogados que mencionas, no estoy muy seguro de que un paciente le diga al médico «No me gusta ese diagnóstico. Cámbielo por algo menos grave», o que le digan al abogado «Si, el resultado es lo que esperaba pero mi cuñado se leyó todo el Código Penal, así que no pienso pagarle por algo que mi cuñado me hace gratis y no es abogado».

0
Retrato de Ricardo Acosta García
64
Sept. 2013

Gracias por tu respuesta David. Te sorprendería la cantidad de veces que la gente se diagnostica a sí misma y se automedica, no sigue los tratamientos médicos ni toma sus medicamentos como se prescribió. Además de las veces en que se guían por recomendaciones de amigos a los cuales «les pasó» algo similar; y cuando, en muchos lugares todavía se confía más en manosantas y curanderos. Lo conozco de cerca. Creer que sólo nos pasa a nosotros es ponerse en un lugar de víctima cómodo y conveniente. Como decía, la queja no soluciona. Saludos y felicitaciones nuevamente.

2
Retrato de Martin Suarez
0
Sept. 2013

Comparto con vos lo fácil que es entrar en el papel de víctima para justificar las frustraciones o fracasos. La queja no soluciona es una gran verdad. Lo idea no es preguntarse porque me paso esto a mí, sino que se hace ante esa situación y que se propone para invertirla. Algo que creo que le brinda un plus a muchos diseñadores es una formación y visión comercial , más analítica del negocio que de lugar a ideas y propuestas sólidas a las necesidades del cliente. El cliente no gasta planta, invierte! convencerlo de ello es nuestro trabajo.

Saludos!

0
Responder
Retrato de Julio Enriquez
0
Sept. 2013

Mas que un artículo, parece una suerte de anécdota, pero aunque describe de manera precisa la realidad, lo preocupante es que representa la incapacidad del gremio de entender a su mercado. Si su trabajo no es valorado, no es culpa del cliente, si después de la tercera propuesta, el cliente no está conforme, tampoco es culpa del cliente.

Si los profesionales del hacer creativo no logramos entender y convencer a nuestro mercado, menos lograremos entender a su propio mercado, al que al final de cuentas va dirigido nuestro trabajo y por lo tanto nunca se romperá el círculo vicioso que describes.

1
Retrato de Pavlo Rey
1
Pavlo Rey
Sept. 2013

Como bien lo menciona Martín; entre mas profesionales seamos y mas convencidos estemos de nuestro trabajo, mejor podremos vender la propuesta. Cuando el cliente menciona a su primo, sobrin o amigo, ya esta faltando al respeto. Como menciona Ricardo, mas que un artículo me parece una queja y aunque he pasado esa frustracion y es muy entendible por nuestra naturaleza sensible, debemos ir mas alla y concluiria con dos puntos:

1. Si el cliente no sale de esa postura, dignifiquemos nuestra profesion y demosle las gracias.

2. Muchas ocasiones, con incluir un poco de su idea queda satisfecho.

1
Retrato de David Espinosa
54
Sept. 2013

Hola Julio. Si, efectivamente es una compilación de anécdotas relacionadas a vivencias propias y de otros colegas. En cierta medida, la culpa es tanto del (los) diseñador (es) y del cliente. Los primeros por no dignificarse a sí mismos ni a la profesión, y los segundos por ver el diseño como un, digamos, extra corporativo que empieza a cruzar la frontera entre la inversión y el gasto.

1
Responder
Retrato de José Torres
0
Sept. 2013

Estimado David, no me queda claro el objetivo de este artículo. Parece sólo el relato de una experiencia...

0
Retrato de David Espinosa
54
Sept. 2013

José,

ya he reiterado en varias oportunidades que el objetivo de este artículo no es buscar soluciones. Solo caricaturizar realidades cotidianas

0
Responder
Retrato de Anselmo Jose Vezzosi Caffaratti
1
Sept. 2013

Por lo expuesto es acertado que en los PLANES DE ESTUDIO de carreras que tienen que ver con el DISEÑO, arquitectónico en mi caso, es adecuado que se den seminarios de SICOLOGIA, SOCIOLOGIA Y ANTROPOLOGIA. La primera tarea de nuestro trabajo es tratar y conocer al COMITENTE que es una PERSONA.

3
Retrato de Giovanna Monsalve
0
Sept. 2013

Totalmente de acuerdo con usted. En ese sentido me atrevo a decir que falta mucho en la ʼacademiaʼ y, no es cuestión del prestigio de la universidad, sino de la falta de profesores realmente comprometidos con el crecimiento y real preparación de los estudiantes. En mi caso me atrevo a decir que no falto compromiso de mi parte, pero en mi experiencia siento los grandes vacíos dejados por profesores a los que algún día incluso me atreví a preguntar ¿por qué tienen tanta pereza de enseñar? la triste respuesta «Se nota tanto». Hoy sigo buscando respuestas y agradezco a este foro esa posibilidad.

1
Responder
Retrato de Jimmy Benhamou
0
Sept. 2013

excelente articulo muy sabio .. el problema principal es que los clientes no saben lo que quiere o no quiere pagar!!!

0
Retrato de Alejandro Arrojo
74
Sept. 2013

qué respuesta tan simple.

0
Responder
Retrato de Paulo Lucia
12
Sept. 2013

Me parece en principio (como lo expresa el título) que comienza con una actitud de guerra, deberiamos sacar el «Vs» y ponerle «y», no digo que no existan clientes así, sino que creo que los clientes no están definidos de antemano, sino que estas relaciones se arman entre los dos.

Yo creo que lo que le faltó a esto es pensar el lugar desde donde nos paramos cuando tratamos con un cliente, debemos si o si, entender lo que quiere, para que lo quiere y lo que le gusta.

Yo NO tengo que venderle nada ! lo voy a ayudar a él, a vender !

y cobraré por eso

;-)

Muy buena la ppt de la gata de jorge. jeje

4
Retrato de Marisa Grimaldi
1
Marisa Grimaldi
Sept. 2013

Fue lo primero que me detuvo a pensar, ¿porque el vs?. Es importante recabar toda la información sobre las partes que conforman el objetivo a comunicar o promocionar, pero es importante tener bien en claro, cuales son los ejemplos sonoro visuales, que el cliente ya tiene en la mente y de las cuales, a conformado diferentes asociaciones.

Una buena charla sobre ello no solo nos da ese perfil que bien podemos leer en este articulo, es utilizado para romper nuestro trabajo, sino que genera mayor cercanía con el cliente, la persona que nos pide ayuda para dar a conocer, sus servicios.

1
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