Ángela Rodríguez Martínez

¡Excelente metodología de trabajo! ¡Excelente resultado! Es una muestra de que la suerte de las coincidencias sonríe cuando se investiga y se consulta.

Me parece muy grave el atrevimiento de cambiar el nombre de un país a capricho de una marca. Después de eso ya no me permito opinar si la solución muestra o no calidad grafica.

En la zona metropolitana de la Ciudad de México, en promedio de sueldo del que tengo referencia, es de us$600 para los diseñadores titulados pero con poca experiencia y hasta us$1200 los que cuentas con cinco o seis años de experiencia. Después de esto lo que percibo es que mucha gente opta por trabajar por su propia cuenta, y entonces el ingreso va mejor.

Definitivamente un símbolo lo es debido al tiempo y la cantidad de veces repetidos en su difusión, además de por lo que representa? y en este caso sin duda alguna logrará el rango de símbolo, pero: Con tan mala calidad gráfica por su estructura semántica, en donde es más importante la proporción asignada al año de evento. Por la sintáctica tan arbitraria elevando el rayoneo grafitero a una de las categorías con mayor difusión mundial, como lo será en periódicos, revistas, televisión, cine, web. Por su falta de legibilidad tan fatal como que el nombre del país ocupe una mínima proporción y más aún los aros olímpicos parezcan tan minimizados. Me parece que no cumple con los mínimos requerimientos de un símbolo de esta naturaleza. Y en este sentido si me atrevo a decir que NO ME GUSTA, y no es sobre todo, lo que yo esperaría de un diseño londinense.

He logrado mejores resultados cuando utilizo estas dos formas de inducir a la experiencia creativa en estos talleres: En las primeras semanas no enseño ningún modelo a seguir, y dejo que los alumno exploren de manera creativa la solución que conviene más para resolver el problema planteado; es en esta etapa en la que el alumno intenta descubrir lo que no conoce (investiga, deduce, y cree inventar ?hilos negros?) para después permitir que reflexionen con sus resultados.

En una segunda etapa del taller, les muestro algunos modelos, asegurándome que estos sean con la calidad necesaria de tal manera que ellos puedan establecer los alcances sintácticos que se pretenden en clase. Es en esta segunda etapa donde los alumnos hacen propuestas de solución suficientemente creativas y o apegadas al contexto normativo que el proyecto requiere.

En mi experiencia encuentro básicamente cuatro situaciones:

1. La postura personal y hasta ególatra del diseñador promedio, me parece que le impide trabajar en equipo con otras disciplinas, pero en mayor grado, por desgracia, con los propios colegas, ¡Que locura!

2. La falta de argumentos concretos, así como una óptica sólida y objetiva que apoye el análisis del problema a resolver. Dejarse de justificaciones en los resultados como: es «bonito», «me parece bueno» y otros tantos subjetivos. Comunicar, informar, seducir, motivar, concienciar, difundir o cualquiera que sea el objetivo de nuestro trabajo de diseño debe de cumplirse con eficacia y eficiencia. Si nuestro trabajo vende cuando tiene que vender, si seduce cuando tiene que seducir o si informa cuando tiene que informar, hay que evaluarlo y retroalimentarnos.

3. La miopía en la postura de quienes ejercemos la profesión muchas veces nos aleja y aísla de grandes oportunidades de éxito, porque un diseñador en su necesidad de reafirmarse y vanagloriarse, no sabe de temas importantes como costos, visión de negocio, producción en los procesos de producción y reproducción de lo diseñado, ya sea en el diseño que va a impresión como el que va a los multimedios.

4. Por supuesto que es problema curricular en las escuelas serias, pero, no sería la única solución valiosa, como el que cada diseñador se comprometa con su cultura, su educación y su capacitación como una forma de vida. Ya que un título, una cédula o un curso de tres meses no sirven de nada sin una postura de compromiso con su profesión.